Venezuela sigue resistiendo la embestida de la Dictadura
El pueblo venezolano
atraviesa las circunstancias más difíciles con la templanza y la resistencia
que ha demostrado en varios momentos de su historia. La dictadura delictiva
desconoció la decisión democrática del pueblo, hecha efectiva el pasado 28 de
julio de 2024. Y ahora desarrollan una nueva embestida: la destrucción total de
las condiciones, el incremento de la represión, la persecución política desatada
y la violación sistemática de la Constitución. Buscan sostenerse en el poder con
nuevas formas de opresión.
Con mentiras y demagogia
pretenden ocultar al mundo lo que sufrimos los venezolanos: aumento de los
precios, inflación y aniquilación de los derechos laborales y anulación de los
salarios y las pensiones y jubilaciones. Mientras, intentan falsear la vida del
pueblo con un supuesto crecimiento económico, de corte estrictamente
financiero, liberal y con datos falaces, mientras suscriben pactos
antilaborales con un empresariado que se muestra cómplice y explotador.
Cada
día es un infierno para el pueblo llano. Alzas de precios que devoran la
dignidad, inflación galopante que pulveriza todo sueño de futuro, aniquilación
sistemática de los derechos laborales y más. Pero ellos se solazan en una burbuja
de cinismo, blandiendo estadísticas de un supuesto crecimiento económico que
son, a todas luces, mentiras descaradas. Números maquillados con los que
intentan ocultar el hambre y la opresión.
En simultaneo, imponen un esquema
fascista de sindicalismo patronal, controlado por el Estado-Partido y sus
aparatos represivos, como en la España franquista y la Italia fascista, con una
Constituyente Sindical que solo representa a la burocracia corrompida,
construida sobre el sufrimiento de los trabajadores. Mientras
nos hunden en miseria, forjan una nueva cadena: El sindicalismo patronal convertido
en un brazo dócil del poder. Esta farsa solo representa a una burocracia
corrompida, a un grupo parasitario que se ha construido sobre el sudor, el
hambre y el sufrimiento de la clase trabajadora.
Pero también han arreciado
la persecución política con nuevas desapariciones forzadas, el incremento de
los presos políticos y la implementación de nuevos mecanismos tecnológicos para
la delación y el control de la voz libre del pueblo. La arbitrariedad ha
llegado a tanto que han irrespetado incluso la fe y la esperanza de nuestro
pueblo, al hacer blanco de su violencia a los representantes de la Iglesia
Católica, la misma que acaba de canonizar a dos venezolanos ilustres.
Atacan
a los sacerdotes justo en un momento de júbilo sagrado para la nación, cuando
acaban de honrar nuestra tierra con la canonización de dos ilustres venezolanos,
José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles. La agresión es una ofensa directa a
cada venezolano que busca consuelo y justicia en medio de la tempestad.
Y la gota que desborda son
iniciativas de mediaciones o acuerdos que se burlan de la voluntad popular
expresada libremente el 28 de julio de 2024. Ante esas iniciativas, incluida la
del presidente de Brasil, Lula Da Silva, hay que reafirmar que la paz no puede
ser la del cementerio y la opresión. La paz debe basarse en el respeto al
derecho democrático y soberano y, en este caso, en la decisión popular 28 julio
de 2024. Cualquier iniciativa de mediación o diálogo debe partir de las
exigencias de libertad de los presos políticos y el respeto a la Constitución. Especialmente,
a su artículo 5, referido a la soberanía popular. De ahí en adelante, comienza
la paz.
¡RESPETO A LA
SOBERANÍA POPULAR!
¡NO A LA CONSTITUYENTE
SINDICAL!
¡LIBERTAD A LOS PRESOS
POLÍTICOS!
¡CESE A LA REPRESIÓN!
ASD - 6 de noviembre de 2025

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